ATENCIÓN TERAPÉUTICA PARA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
A medida que el niño o la niña crecen, van incorporando experiencias y vivencias que dan lugar al proceso de desarrollo de la propia personalidad y del autoconcepto de sí mismo/a. A partir de los 6 años comienza a cobrar fuerza la visión que tienen las otras personas de ellos y así se irá formando la autoestima.
La situación socio-económica familiar, la separación de los padres, enfermedades en el seno familiar, el duelo migratorio o la pérdida de un ser querido, etc., son ejemplos de realidades que pueden interferir en este desarrollo y generar diferentes síntomas o trastornos (ansiedad, aislamiento, depresión, dificultad en la relación con los iguales y/o adultos, dificultad para regularse emocionalmente).
El vínculo emocional-afectivo que se establece entre el/la menor y las figuras de referencia es un factor protector de gran importancia para el bienestar emocional. El buen desarrollo de este vínculo facilita que cuando sean adultos establezcan relaciones adecuadas y aseguren un desarrollo de la personalidad adecuada. Sin este vínculo, será muy difícil que los menores puedan desarrollar todas sus competencias y capacidades, ya que para ello necesitan explorar su entorno sintiéndose seguros/as.
Desde el programa de atención terapéutica tratamos de dar apoyo psicoterapéutico a niños, niñas, adolescentes y familias con dificultades o conflictos emocionales o relacionales. Para ello contamos con un equipo de profesionales especializadas en terapia familiar-sistémica y humanista que disponen, también, de herramientas y técnicas de otros enfoques terapéuticos (técnica de la caja de arena, reforzamiento positivo, mindfulness, etc.).
En las sesiones con los niños y las niñas, el juego terapéutico cobra un valor muy importante para poder acceder al mundo interior. Las marionetas, los dibujos, la técnica de la caja de arena y los cuentos son algunos ejemplos de medios que nos permiten acceder a sus conflictos y dificultades para ir logrando que disminuyan. Las sesiones familiares también son de suma importancia para restablecer el equilibrio de la familia, reforzar el vínculo afectivo entre ellos, mejorar la comunicación y resolver enfrentamientos familiares que generan tensión.
Es fundamental garantizar un buen vínculo terapéutico entre los menores/familias y los/las terapeutas para que los pacientes sientan la confianza y motivación suficientes para poder abrirse y permitirse ser acompañados/as.
Para nosotras también en fundamental que la terapia parta desde la capacidad y no desde el déficit, buscando junto con la familia o menor, objetivos centrados en los recursos, potencialidades y nuevas resiliencias.
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